SE DICE QUE CHILE, PRODUCTIVAMENTE HABLANDO, ES DE PEQUEÑAS EMPRESAS.
Según cifras, que obtuve del proyecto de programa de Gobierno de la ex canidata presidencial Soledad Alvear, en Chile existirían, formal e informalmente, aproximadamente 1.000.000 de microempresas, 100.000 pequeñas y 20.000 medianas.
Una buena visión sobre este fenómeno, que ciertamente es procutivo y económico, pero también, me imagino, social y sociológico, nos permitiría, como país, emprender un cambio sustantivo a nuestro desarrollo. Digo sustantivo, no como la típica frase que se usa para hacer comentarios despampanantes, sino para explicitar lo que podría ser un ámbito de influencia de las políticas del estado que podría llevar a mejorar diversos ámbitos de nuestra sociedad.
Pienso en tecnología, capacitación, desburocratización, integración, ciudadanía, globalización, medio ambiente, empleo, participación, etc.
Efectivamente podemos hacer referencia a estas cifras, péro la verdad, también es parte de las cifras, que muchas de esas unidades que se llaman microempresas, no son más que actividades de compra y venta de productos y servicios sin valores agregados que, se realizan, para alcanzar la sobrevivencia individual o familiar. Pensemos en lo que sucede en las ferias de frutas y verduras de nuestras comunas. Los coleros, llamados así por que se agregan a la cola de las ferias, regularmente sin permisos, pueden perfectamente ser tildados de micro empresarios, pero no hay valor agregado en sus actividades, no hay tecnología, no generan riqueza, menos empleo, no hay proyección de crecimiento, etc. Existen sólo para parar la olla.
Pero no obstante, pensar que el estado, agilmente durante los próximos 5 años, se preocupara anualmente de atender 50.000 microempresarios por año, con el firme propósito de convertirlas en unidadesde pequeñas, que alcances ese sólo hecho tendría en nuestro país y en nuestra economía?. Estamos hablando, socialmente, de 250.000 familias que se verían involucradas en ese cambio.
Una buena visión sobre este fenómeno, que ciertamente es procutivo y económico, pero también, me imagino, social y sociológico, nos permitiría, como país, emprender un cambio sustantivo a nuestro desarrollo. Digo sustantivo, no como la típica frase que se usa para hacer comentarios despampanantes, sino para explicitar lo que podría ser un ámbito de influencia de las políticas del estado que podría llevar a mejorar diversos ámbitos de nuestra sociedad.
Pienso en tecnología, capacitación, desburocratización, integración, ciudadanía, globalización, medio ambiente, empleo, participación, etc.
Efectivamente podemos hacer referencia a estas cifras, péro la verdad, también es parte de las cifras, que muchas de esas unidades que se llaman microempresas, no son más que actividades de compra y venta de productos y servicios sin valores agregados que, se realizan, para alcanzar la sobrevivencia individual o familiar. Pensemos en lo que sucede en las ferias de frutas y verduras de nuestras comunas. Los coleros, llamados así por que se agregan a la cola de las ferias, regularmente sin permisos, pueden perfectamente ser tildados de micro empresarios, pero no hay valor agregado en sus actividades, no hay tecnología, no generan riqueza, menos empleo, no hay proyección de crecimiento, etc. Existen sólo para parar la olla.
Pero no obstante, pensar que el estado, agilmente durante los próximos 5 años, se preocupara anualmente de atender 50.000 microempresarios por año, con el firme propósito de convertirlas en unidadesde pequeñas, que alcances ese sólo hecho tendría en nuestro país y en nuestra economía?. Estamos hablando, socialmente, de 250.000 familias que se verían involucradas en ese cambio.
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